Años 70: pioneros coruñeses del cómic gallego

Xulio Carballo

30 Oct, 2017

Tags: cómic, humor, obra mural, fanzine

’O home que falaba vegliota’, de Reimundo Patiño

A pesar de que algunos de los egregios humoristas gallegos, como Castelao o Álvaro Cebreiro, ya se habían acercado al noveno arte con sus cuentos gallegos, o incluso Enrique Pardo o Xan Navarro contaban con una tira dibujada de personaje fijo, habría que esperar hasta los años setenta para que el noveno arte despegase en nuestro país de manera firme y decidida. Y lo haría de la mano de un superhéroe procedente de una lejana galaxia, que, en su apariencia humana (escondida tras sus grandes gafas), escogería el nombre de Reimundo Patiño y la ciudad de A Coruña como lugar de llegada y partida a nuestro mundo. A él le debemos no solo una profunda teorización sobre el cómic sino también algunas de las más trascendentales obras, como el primer álbum de cómic gallego, 2 viaxes (1975), junto con Xaquín Marín, o la joya mural O home que falaba vegliota (1972), que serviría de referente a las nuevas hornadas de jóvenes inquietos para decidirse a acercarse a este naciente arte en nuestro país.

De la visualización de esta obra mural surgiría el Grupo de Cómic do Castro, formado por Xosé y Rosendo Díaz (A Coruña, 1947 y 1949, respectivamente) junto con Luís Esperante (A Coruña, 1952) y Xesús Campos (Tenerife, 1952 – Compostela, 1991), que ya en el verano de ese año 1972 intentarían realizar la primera exposición de cómic gallego en las fiestas de O Castro (Sada), la cual, finalmente, después de un «chivatazo», sería retirada por la Guardia Civil. No sería esta la única traba, puesto que, en mayo del año siguiente, la censura volvería a hacer acto de presencia, esta vez por las «autoridades paternales» del Colegio Dominicos de A Coruña. Sin embargo, en febrero de ese año habían conseguido llevar adelante su exposición en la Escuela Normal de esta misma urbe. También de la mano de este grupo surgiría la primera revista de cómic gallego, A Cova das Choias, editada desde Suiza y vendida clandestinamente en nuestro país, todavía bajo el yugo de la dictadura.

No podemos olvidar que había sido precisamente el padre de Xosé y Rosendo Díaz, Isaac Díaz Pardo (Compostela, 1920 – A Coruña,  2012), quien había realizado ya en 1970 sus Cantares de cego (O marqués de Sargadelos, Paco Pixiñas y A nave espacial), con lo que se convirtió también en uno de los pioneros, aunque de una manera tangencial, de este arte en Galicia.

Ya en el final de esta década, sería otro coruñés, Miguelanxo Prado (A Coruña, 1958), quien daría sus primeros pasos, que posteriormente lo llevarían a convertirse en nuestro más importante e internacional autor. Sería de la mano del colectivo Xofre, formado junto con Fran Jaraba y Xan Carlos López Domínguez, desde o cal sacarían adelante el primer fanzine de cómic gallego, Xofre, que marcaría un punto de inflexión hacia el amanecer de los años ochenta.